Aqui os dejo algo sobre este amigo,los lunes va a abrir solo para poner tomates.Un genio.
Homenaje al Maty.
JEREZ
Tratado de la risoterapia con 'pescaíto frito' como
medicina
Oculto en la Zona Norte, el Maty es un establecimiento muy apreciado en la
hostelería jerezana Antonio González hace gala de su agudeza a diario
TEXTO:/DAVID FIDALGO / FOTOS: JORGE GARRIDO / JEREZ
Antonio González, El Maty. ¿Qué peligro! En
escasos doce metros cuadrados es el hostelero
de la ciudad con más agudeza que un programa
con Chiquito de la Calzada como estrella invitada.
Es tan extraño en su género que por su barra los
personajes más famosos que se han puesto las
botas de pescaíto frito son Manolo, el del Bombo,
y Miriam Díaz Aroca. También es un lugar muy
apreciado por los bodegueros y propietarios de
las viñas que rodean a la ciudad, y que no dudan
en hacer una escapada para darle un poco de sal
y pimienta a la vida tras una dura jornada en el
campo.
Aunque el establecimiento abrió sus puertas en la
calle Moscatel a principios de los años ochenta,
es desde 1993 cuando Antonio González se hace
cargo de sus destinos hasta hoy. ¿Y que sea por
mucho tiempo!
Pescaíto frito a tutiplén. «Según esté el mercado.
Chocos, pijotas, boquerones, sardinas...»,
comenta Antonio, mientras Paco, que se parapeta
a diario sin despegarse de su copa de fino al final
de la barra, asegura que «aquí se come el mejor
pescao frito de todo Jerez».
Tan raro, tan raro, que el plato estrella son las
papas aliñás, «porque son de balde», y lo que
más se sirve a los clientes son bandejas y
bandejas de pescado de la Bahía. En un plis-plas, sin colas, sin prisas y sin anestesia.
«Aunque les diga a los clientes que tengo langostinos, al final tengo que servir las
papas aliñás. El personal no se corta un pelo, aunque después acaban con todo con lo
que les ponga por delante».
Las puertas del Maty abren muy temprano -a las 07.30 ya comienza la jornada con los
desayunos para los comercios de los alrededores y las sucursales bancarias de la zonay
cierra «cuando la gente se va, porque hay algunos cuantos que me tienen hasta las
tantas. El sábado a mediodía cierro y hasta el lunes, y durante el verano ni aparezco,
me gasto el dinero que le quito a la gente durante el invierno, como hacen los
banqueros».
«Éste es el bar más chiripitifláutico de Jerez, no falta ni el mala sombra. Entran muchos
personajes a los que había que grabarlos y después ver la cinta en casa relajado y con
todo detenimiento. El show de los Teleñecos se queda en pañales», recalca Antonio
sobre las historietas diarias que en su establecimiento se viven y que quedan para el
recuerdo.
Durante el transcurso del reportaje, y dando cuenta de unos chocos a la plancha, llega
el «colega» de Antonio, Sebastián Yesa, el Cundi, quien le va a la zaga en cuanto dice y
se hace con la complicidad de los contertulios. «Aquí el cachondeo es a todas horas y
todos los días», asevera mientras luce un delantal griego bastante escandaloso.
Mientras un cliente atiende una llamada de su móvil -sintonía de Paquito chocolatero-,
hay un sin fin de adornos que no tienen explicación: «Todo lo que trae la gente para
regalar es bien recibido y se expone», especialmente de temática futbolera: un banderín
del Arcos CF, cerámicas del Barça, Madrid y Betis, etiquetas de botellas de vino, y unas
cuantas fotos de amigos.